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Bhakti Alimentos

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Elaboración artesanal de productos vegetarianos y veganos, queremos difundir a través del alimento una filosofía de vida sana y compasiva, libre de sufrimientos, y con verdaderos valores nutritivos.

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"Mientras el hombre continue siendo el destructor despiadado de seres inferiores no conocera la salud ni la paz. Mientras el hombre masacre animales, se mataran unos a otros. Ciertamente aquel que siembra la semilla del asesinato y dolor no puede cosechar gozo y amor."


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jueves, 4 de noviembre de 2010

Alimentos transgénicos: ¿peligrosos para la salud humana?

Vegetarianismo y alimentos transgénicos... ¿cuál es el riesgo?
Jesús Díez

Ante todo cabe señalar que aunque legalmente es posible, al menos en Europa la presencia de alimentos transgénicos (técnicamente Organismos Modificados Genéticamente), por una no aceptación por parte de los consumidores, son prácticamente nulos. Al menos en una proporción tal que haga obligatorio el etiquetaje (presencia igual o superior al 0,9%). Nada impide a los fabricantes de alimentos elaborados usar proporciones más pequeñas y no comunicarlo. O usarlos de forma habitual en alimentación animal, que es lo que se hace. Y podemos estar seguros que entre el diluvio de derivados de la soja que actualmente inundan nuestros comercios, una parte significativa incorporan pequeñas proporciones de soja transgénica.

Pero, ¿son peligrosos?

Con los datos públicos existentes hasta ahora, no han demostrado aun que constituyan un problema alimentario, ni siquiera un problema alimentario mayor que el resto de alimentación procesada industrialmente.

Los posibles problemas, posibles o reales, son más debidos al procesamiento industrial, (con su uso indiscriminado de pesticidas, bactericidas y demás sustancias no recomendables), la posibilidad de presencias anómalas de alergenos, (maiz StarLink, de Aventis, solo autorizado para consumo animal, pero presente en los envíos de ayuda humanitaria a países de Latinoamérica), el exceso de estandarización de la dieta (con los consecuentes problemas de falta de equilibrios vitamínicos, o desequilibrios nutricionales), y la muy remota, pero no imposible, posibilidad de auto-desequilibrio (auto-infección) genética.

Esto último, aunque suena más a ciencia-ficción de la mala, no es mucho más diferente que la muy real enfermedad humana de las vacas locas (auto-infección por migración de una proteína conocida como prión, que tras ser ingerida en forma de carne de vacuno, pasó por el tracto digestivo, sin ser digerida por las potentes enzimas proteasas, y viajó hasta el cerebro de las personas infectadas, donde “indujo” un cambio de conformación, de normal a anómala, de las restantes proteínas priónicas de las membranas neuronales,… una historia real que parece de una mala novela de terror).

No debemos olvidar que un virus no es más que un fragmento de material genético, encapsulado por proteínas, o incluso sin ella, en los llamados viroides.

¿Desde una óptica vegetarianista?

El consumo de alimentos de origen animal es habitual en el Homo sapiens, incluso, más por motivos rituales, el autoconsumo humano (canibalismo). Pero que sea y haya sido habitual a lo largo de todo el periodo de conocimiento de la humanidad, no implica obligatoriedad. Es perfectamente viable, desde un planteamiento técnico, una alimentación exclusivamente vegetariana. La única, y obligatoria, condición es la variedad, la diversidad y el equilibrio. Además, incluso los más estrictos vegetarianos ingieren pequeñas cantidades de alimento animal, en forma de aeroplancton depositado, huevos y larvas de insectos presentes en los vegetales, etc.

Algunos cultivos transgénicos que incorporasen genes de animales, podrían parecer que permitan una dieta vegetariana más equilibrada sin necesitar recurrir a complementos de origen animal. Un vegetarianismo estricto, y una reducción de la ganadería.

Pero lo más probable es que la manipulación del acervo genético de las especies vegetales alimenticias comporte riesgos de alteraciones hormonales (isoflavonas en la soja, por ejemplo). Los alimentos transgénicos más que un aliado son un grave riesgo de desequilibrios futuros. Además, los principios del aprovechamiento económico de la tecnología transgénica entrañan necesariamente cultivos a gran o grandísima escala, e implican a su vez una disminución de las variedades cultivadas. Esto es un empobrecimiento brutal en las capacidades nutritivas de un territorio.

Finalicemos recordando a Hipócrates, maestro de la medicina mediterránea: “Que tu medicina sea tu alimento, y tu alimento sea tu medicina”. A veces por ahorrar un poco de tiempo o de dinero en la alimentación, perdemos muchísimo más en nuestra salud. La alimentación y la salud son una misma y fundamental cosa. Ambas dos son necesarias para el buen mantenimiento de nuestros cuerpos, sostén de nuestra vida en el aquí y ahora.

Jesús Díez, Biólogo.

Fuente: http://www.haztevegetariano.com